Dentro de la lírica tradicional castellana, el tema de la morenica es uno de los más extendidos, de hecho aparece también en las tradiciones francesa, alemana e italiana. En él una mujer hace referencia al color de su piel, bien para reivindicarlo, bien para justificarlo. Veamos dos ejemplos del primer caso.
Aunque soy morenica y prieta,
¿a mí que se me da?
Que amor tengo que me servirá. [1]
En este breve poema la mujer morena se enorgullece del color de su tez, el cual no ha sido impedimento para conseguir un amor.
Que si soy morena,
madre, a la fe,
que si soy morenita,
yo me lo passaré. [2]
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