Se suele decir que cuando no queremos ser conscientes de algo "cerramos los ojos a la realidad", como si mágicamente desaparecieran los problemas si dejamos de pensar de ellos. Nos resulta más fácil dejar de ver que dejar de oír, podemos cerrar los párpados. Pero ¿qué ocurriría si nos obligaran a ver? ¿Y cómo serían capaces de hacerlo? ¿Por qué querrían hacerlo?
El inspector Javier Falcón se enfrenta a un asesino en serie muy peculiar. Antes de matar a sus víctimas las obliga a ver algo (y ya aviso que el método no es precisamente muy compasivo). En mitad de la Semana Santa en Sevilla, con parte del personal de vacaciones, con la ciudad llena de turistas y procesiones interminables, Javier Falcón tendrá que trabajar a destajo para intentar parar al asesino cuanto antes.
Pero hay algo que no espera, su propio pasado y el de su familia están relacionados con los crímenes y va a tener que indagar en ese pasado que ha permanecido oculto para poder resolver el caso. De pronto, la visión que tenía de su padre, el pintor Francisco Falcón, cambiará radicalmente a medida que vaya descubriendo aspectos de su vida de los que no tenía ninguna constancia. En ellos está su historia entrelazada con los acontecimientos históricos de la mitad de siglo.
Muy recomendable.
Esta entrada ha sido publicada también en el blog La leonera del Chacel, del IES Rosa Chacel de Colmenar Viejo.